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El Ciudad de Lucena cayó eliminado en la primera ronda de la Copa del Rey ante el Leganés por 1-2 en un partido en donde los celestes pusieron las ganas, el hambre y la ilusión, ante un equipo pepinero que a pesar de ser de LaLiga, nunca estuvo cómodo sobre el césped. Iván Morales, titular por primera vez en la temporada, detuvo hasta dos penaltis en la primera parte, si bien el último de ellos acabó en el fondo de la red tras aprovechar Munir el rebote. Al filo del descanso David Agudo marcó el tanto del empate para hacer soñar a los locales, aunque Juan Cruz, en el 51’, marcó el segundo y definitivo tanto para los madrileños en una noche especial para el fútbol en la ciudad.

El partido comenzó de la mejor manera posible para el Ciudad de Lucena, muy intenso y metido en un choque gracias a esa hambre por ganar y por el aliento de 1600 personas que se dejaron la voz desde el minuto uno. Así, en el minuto 5, un contrataque perfecto terminó con David Agudo topándose con el palo.

La grada enloquecía, y tenía motivos para ello. El Leganés jugaba lento y pausado, sin encontrar los espacios necesarios ante un Ciudad de Lucena muy ordenado atrás. En esas, con el partido igualado, Juan Cruz era derribado dentro del área por posible penalti de Pedro Morillo. Así lo decretó el árbitro del encuentro, un Alberola Rojas muy discutido en la tarde del miércoles. Óscar Rodríguez se encargó de lanzar desde los 11 metros, sin embargó, se hizo grande la figura de Iván Morales, que debutaba en partido oficial con el equipo celeste. De vuelta a la locura, se mantenía el empate en el electrónico.

No obstante, el Leganés comenzó a crecer a partir de la media hora de encuentro y gracias a 10 buenos minutos sobre el césped, consiguió provocar un segundo penalti en el 40’. Esta vez el lanzador era Munir, y aunque Iván Morales volvió a adivinar el penalti, el rechace le cayó manso al delantero visitante para marcar el primer tanto de la tarde.

Parecía que se ponía feo el partido, pero a los cinco minutos, el Ciudad de Lucena respondió con un gran contrataque, que terminó con David Agudo disparando fortísimo desde la frontal para colocar el empate de nuevo en el marcador y la locura en el estadio.

Así comenzó la segunda parte, con un Ciudad de Lucena además volcado en busca de la victoria y creyendo en sus posibilidades. Sin embargo, en el minuto 51, Juan Cruz marcó a placer tras una gran jugada personal de Óscar, que esta vez sí, sacó a relucir toda su calidad. Los madrileños se ponían por delante, pero no eran capaces de sentenciar el partido. Contaron con varias ocasiones, pero los errores individuales y alguna que otra imprecisión permitieron seguir vivo en el partido al equipo celeste, siempre fiel a sus principios.

A pesar de las diferencias de niveles, los lucentinos nunca cejaron en su empeño de conseguir el empate, e incluso llegaron a encerrar en su área a un Leganés que se las vio y deseo para llevarse la eliminatoria. Así pues, de esta manera, el Ciudad de Lucena deja atrás la Copa del Rey, pero lo hace orgulloso de su afición y de la imagen mostrada en el campo, en un partido que seguro se recordará durante mucho tiempo en tierras cordobesas.