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Con unas gafas de sol, una camiseta y unos vaqueros nos espera Luis Carlos Angeli Dos Reis, más conocido como Luis Carlos, en la Ciudad Deportiva de Lucena. No llama la atención, se mantiene en segundo plano, junto a su hijo. Solo cuando le saludamos y preparamos los micrófonos de la SER, las personas allí presentes empiezan a percatarse de quién es. Y ocurre lo increíble. En apenas cinco minutos, hasta diez personas diferentes se acercan a saludarlo, a recordar historias, partidos y momentos de otro fútbol, de otra época.  Porque la de Luis Carlos es la historia del jugador brasileño exitoso que triunfó en el Gremio en los años 80, que fichó por el Córdoba primero y el Atlético Lucentino después en 1994 y que acabó haciendo su vida aquí, siendo una figura vital en el desarrollo del fútbol lucentino.

Luis Carlos no recuerda a cada uno de las personas que le saludan, sería imposible. Pero todos ellos sí. Ahí reside la magia del fútbol, la de crear recuerdos que son imperecederos al tiempo. Luis Carlos, abrumado, se emociona, con cada lucentino y lucentina que se acercan a estrecharle la mano. "Cada vez que venga a España, vendré a Lucena para ver a todas estas personas. La vida es muy corta, tenemos que aprovecharlo. Lucena es mi segunda casa". 

El mítico jugador y entrenador brasileño se emociona, además, al escuchar algunas de las historias de esos niños y niñas que estuvieron entrenando con él y que 25 años después, aún se acuerdan de su paso por Lucena: "Ver que el trabajo que hicimos nosotros es reconocido 34 años no tiene precio. No hay dinero que pague eso. Me siento una personas, rica. Soy muy feliz".

Puedes escuchar la entrevista completa aquí, en SER Lucena.