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El jurado popular ha declarado, por unanimidad, culpable al acusado de matar a su esposa, en Rute, en julio del 2019, con los agravantes de intencionalidad y alevosía. El fallo también considera probado el delito de malos tratos, continuados, a lo largo del tiempo, al menos desde 2011.

El propio encausado ha admitido el crimen y la defensa ha aceptado una pena de prisión de 21 años y un día. El acuerdo de las partes incluye la inhabilitación absoluta del autor confeso, durante el tiempo que persista la condena, una orden de alejamiento, de un mínimo de 500 metros, e incomunicación con los hijos propios, el tío, la esposa de este, y los hijos, durante un período de 30 años. Además, diez años de libertad vigilada, privación de la patria potestad y el pago de costas, indemnizando, asimismo, al hermano de la víctima con 25.000 euros y, cada uno de sus hijos, con 215.000 euros.

La Fiscalía ya ha avanzado su total disconformidad con una posible petición de indulto y, también, con la eventual supresión de la pena de prisión.

El asesino, que se ha autoinculpado, acabó con la vida de su mujer a martillazos, tras asfixiarla, y huyo con sus hijos a Madrid, donde acabó entregándose a la Guardia Civil.

El relato de los hechos describe que este individuo nunca aceptó la independencia laboral de la víctima mortal, quien sufrió agresiones verbales, amenazas y humillaciones, y que hubiera decidido finalizar la relación que unía a ambos. Desde dos meses antes del crimen, acosaba insistentemente a su entonces esposa, con incontables llamadas de teléfono.