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El Partido Popular de Lucena admite problemas y carencias en el servicio de pediatría del centro de salud 2, si bien extiende esta casuística al territorio nacional, y considera que la obra del futuro hospital público del municipio tendría que comenzar inmediatamente después de que se ejecute un soterramiento eléctrico que podría arrancar en sólo un mes.

Aurelio Fernández, candidato a la alcaldía del PP y parlamentario autonómico, ha expuesto que su formación política mantiene un contacto asiduo con la delegada territorial de Salud, María Jesús Botella, al tiempo que reconoce que la solución se demora.

En este sentido, desde el PP de Lucena han expuesto su “preocupación” por este problema” a la delegada territorial de Salud, quien ya “era consciente y están intentando resolverlo”, ha relatado Aurelio Fernández. La resolución de esta deficiencia “no está siendo todo lo rápida que nos gustaría” y añade que “en algunos casos supera las propias competencias que tenemos aquí porque es generalizado”

Fernández ha recordado que las manifestaciones para exigir mejoras en la atención sanitaria, pública, se propagan en la totalidad de la geografía nacional.

De otro lado, entre dudas sobre la culminación del soterramiento eléctrico, Fernández ha ratificado el compromiso, político y económico, de Junta con el hospital de Lucena y, también, emplaza al Ejecutivo andaluz a agilizar la construcción de la infraestructura sanitaria.

El edil popular ha reafirmado que “el compromiso sigue existiendo y el dinero sigue estando”. En cualquier caso, el PP seguirá “insistiendo” y el propio Fernández, garantiza que incidirá en el Parlamento dado que “en el momento que se resuelva el tema del cableado, que, parece, ojalá sea verdad que ya lo tengamos”, puesto que “llevamos bastante tiempo, más del deseado y nos lo merecemos”, entonces, “se debe actuar y empezar con todo el tema de nuestro hospital, que llevamos reclamando años”.

Por último, sobre la polémica por el futuro de la Silla Gigante, el PP, desde la prudencia, es partidario de conservar a este símbolo de la madera y el mueble en la localidad, analizando, sosegadamente, los costes y la posibilidad del desmontaje y su traslado e, igualmente, examinando su adecuación estética a los espacios públicos.