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Lucena apagaba sus monumentos, a las diez de la noche de ayer jueves, en la primera jornada de aplicación del decreto del Gobierno sobre medidas de ahorro y eficiencia energética.

A pesar de que la supresión de la luz, en el horario nocturno, resulta opcional en los edificios históricos, el Ayuntamiento se ha decantado por disponer, también, estas acciones del plan de reducción de la electricidad en las fachadas y zonas interiores y exteriores de la Biblioteca Pública, El Castillo, los templos religiosos, Palacio de Santa Ana, Necrópolis Judía o Casa de los Mora.

De igual modo, esta decisión, de modo obligatorio, afecta a los inmuebles administrativos y al propio ayuntamiento.

Teresa Alonso, portavoz del equipo de gobierno municipal, explica, sobre la interrupción de la luz en los edificios patrimoniales, que obedece “al sentido y al espíritu” de la disposición gubernamental y el Ayuntamiento asume esta determinación, igualmente, “por coherencia y responsabilidad y por empatía con los negocios que van a dar cumplimiento a la normativa y están adaptándose en un tiempo exprés”. A estas empresas, ha querido agradecer su “agilidad”.

En las primeras horas de vigor de la nueva normativa, desde el sector del comercio subrayan la incertidumbre y los problemas de seguridad que puede conllevar la falta de iluminación artificial. En las últimas horas, mayoritario apagón de los escaparates, salpicado de algunos establecimientos que sí han conservado la luz en sus dependencias.

Por el momento, sin incidencias reseñables en los negocios de la hostelería.