Lucena

Cecilio Barroso, exdirector de la Cueva del Ángel de Lucena, alude a "amenazas" y pretensión de "robo" intelectual

Lunes, 11 Julio 2022 22:15 Redaccion 
Duros ataques contra el alcalde de Lucena, Juan Pérez, y la Universidad de Córdoba
Cecilio Barroso, Juan Pérez y Mamen Beato. Cecilio Barroso, Juan Pérez y Mamen Beato.
La enconada polémica sobre la Cueva del Ángel de Lucena no cesa y, al contrario, se intensifica con el regreso a la escena pública de Cecilio Barroso. Tras un largo tiempo de silencio, el director de los proyectos de investigación en la Cueva del Ángel entre 1995 y 2019, culpa a la Universidad de Córdoba, institución elegida, por el Ayuntamiento, para gestionar, desde ahora, el yacimiento, de querer “robar y expoliar” las anteriores memorias y al alcalde, Juan Pérez, lo acusa de provocar la salida de Barroso, en octubre de 2019, mediante “amenazas” de eliminar la financiación para este recinto arqueológico.

En una carta abierta, Cecilio Barroso sostiene que la decisión de prescindir de su equipo carece de argumentos y niega que ningún arqueólogo haya expuesto que los trabajos han adolecido de poca concordancia, tesis que reprodujo el alcalde de Lucena en el último Pleno.

Barroso vuelve a incidir en unos posibles intereses ocultos de Juan Pérez, sin especificarlos, porque, manifiesta, resulta imposible defender que se aparte a un equipo que ha logrado, de forma altruista, unos “resultados espectaculares” a “nivel internacional”. Alude, además, a una “mano oscura” en la delegación municipal de Patrimonio porque no entiende que “se quisieran desprender de nosotros como el que se desprende de un crimen”.

Incluso desliza Barroso la concurrencia de posibles delitos porque apunta que dos profesionales, de las universidades de Córdoba y Sevilla, que rechazaron, desde la Junta, la memoria general correspondiente al período 2015-2017, ahora conformarán el nuevo equipo de investigación de la UCO. Deduce que “le suena a prevaricación” y se niega a brindarle "una alfombra carmesí" a los profesionales de la UCO dado que "no somos idiotas".

Además, censura que la Junta no aceptara ninguna de las 60 alegaciones formuladas por el equipo de investigación que, entonces, pilotaba Cecilio Barroso, y justifica su negativa a entregar una memoria de 2.000 páginas en que, a su juicio, la UCO, se apropiará de ella, en una pretensión de "robo" en el plano "intelectual".

En la parte final de su misiva, Cecilio Barroso aduce que los arqueólogos de la UCO desean acceder al control de la Cueva del Ángel para lograr enormes beneficios científicos, sin ningún mérito ni esfuerzo.