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Solidaridad, humanidad y ayuda fraternal al pueblo de Ucrania frente a las bombas, la aviación militar, la devastación, el dolor y el sufrimiento atroces que perpetra Putin.

En Lucena residen cerca de 50 personas de origen ucraniano y, en el entorno de la comarca, dos o tres familias procedentes de este país, invadido por Rusia, residen en cada municipio. Desde que comenzó esta barbarie del gobierno ruso, sus vidas, aquí en España, también se han roto. La impotencia y la desesperación los embargan mientras sus padres, hermanos o allegados huyen como refugiados o se esconden en las profundidades de estaciones de metro o sótanos de edificios.

Oksana Humeniuk es vecina de Cabra y trabaja en una empresa del sector del frío. Es la presidenta de la nueva asociación denominada Moia Ukrayina, que significa Mi Ucrania, y que ha impulsado una campaña de recogida de alimentos, medicinas y ropa de abrigo para los ucranianos.

Hoy, en Lucena, ha testimoniado el espanto de la guerra. “Ayer cayó”, ha relatado, “una bomba dentro de las casasde cinco plantas, cerca de la estación, y bombardeos por encima, eso es terrible” ya que “tú no puedes esperar, es un gran ruido de aviones, no te da tiempo a esconder, porque las bombas caen muy rápido; es un horror”.

El Centro de Orientación Familiar San Juan Pablo II de Lucena coordina esta acción benéfica. De manera intensiva, durante esta semana y la próxima, en la sede de la calle Maristas, se recibirán las aportaciones, desde las seis y hasta las nueve. Los sábados se abren las dependencias del COF por la mañana. El objetivo es aglutinar, en los mínimos días posibles, la mayor cantidad de donaciones que se transportarán a la frontera entre Ucrania y Polonia.

Gasas, esparadrapos o vendas, destinados a componer torniquetes que alivien a los heridos. Mantas y sacos de dormir que protegerán a los refugiados ucranianos, aproximadamente ya un millón, obligados a abandonar su país. Leche en polvo, cereales y pañales, que precisan esos niños a los que la invasión militar de Rusia ha borrado la sonrisa.

Son las necesidades perentorias que se solicitan en la Campaña de Ayuda a Ucrania promovida desde Lucena por un grupo de emigrantes de este país y que conviven con nosotros en el sur de Córdoba.

Las lágrimas, la angustia inimaginable y un impacto emocional insoportable han impedido hoy que las palabras fluyeran de forma constante. 

Desde hace 22 años, Oksana Antoniak es una lucentina más, profesora de canto en la Escuela Municipal de Música y Danza. La crueldad de Putin, con tanques, misiles y fusiles, ha compungido su rostro y su semblante, habitualmente risueño, afable, esmerado y concentrado al dirigir a sus grupos musicales. Ha descrito que “si entran en el hospital después de un bombardeo, necesitan todo, vendas, antisépticos, antiinflamatorio, antibiótico”. Y, también, “alimentos para cirujano, para personal, todo, está agotado, nadie sabía que esto podía ocurrir y durar tanto, no solamente muertos, heridos, muchos niños, están destruyendo los centros principales donde se puede ayudar, esto no acaba nunca”.

El COF, que anualmente auspicia otras iniciativas similares, como la campaña de Navidad, ha iniciado una ronda de contactos con centros educativos, empresas, entidades o cofradías. La recepción y entrega de los medicamentes se ubicará en las oficinas de farmacia de Lucena.

Pedro Arroyo, miembro de la dirección del COF, ha realizado esta “petición de auxilioa los ciudadanos de Lucena, para que demuestren una vez más su solidaridad ante la gran tragedia humana que vive el pueblo hermano de Ucrania”.

En las instalaciones del COF, Oksana Humeniuk ha expresado un alegato en defensa de la libertad, la democracia y el futuro en Europa de Ucrania. Ha defendido que “lo único que detiene al ejercicio más poderoso y numeroso del mundo es voluntad de luchar por todo lo que creemos, una Ucrania en paz, europea y democrática”.

Este colectivo de ucranianos mantuvo ayer una reunión con el alcalde, Juan Pérez, y la edil de Cooperación Internacional, Carmen Gallardo. En estos momentos, se plantea que el Ayuntamiento asuma el gasto del transporte del material recogido en esta campaña hasta Ucrania.