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La formación del profesorado de zonas rurales, y de extrema pobreza, en Etiopía, y la implantación de centros para actividades complementarias componen el proyecto asignado a la delegación de Manos Unidas en Lucena para este año 2021. Este país africano ha sido asolado por hambrunas virulentas.

Un objetivo que comparte con otras localidades de la comarca y, también, con parroquias de Córdoba capital.

La organización católica persigue proporcionar progreso a 41 espacios educativos de la Diócesis de Emdibir, emplazada en el suroeste de la capital, Addis Adeba.

La pandemia obliga a reconvertir en virtual la cena solidaria contra el hambre. El presupuesto, global, de esta actuación en un sector de Etiopía que padece una vulnerabilidad y depresión económica crónicas, asciende a 62.000 euros. A lo largo de tres años, se beneficiarían hasta 10.000 niños y jóvenes.

José Manuel Bujalance, delegado de Manos Unidas en Lucena, expresa que el propósito de esta misión es “sobre todo, para que la gente joven pueda trabajar en su país” y añade que “siempre digo lo mismo, la gente no se va sus países porque quiere o por gusto, se van por necesidad”. Recala que “somos una oenegé católica, pensamos que la solidaridad debe ser universal”.

En términos generales, razona que “estamos atravesando una pandemia de salud y económica muy importante, pero no nos olvidemos de otras pandemias que llevan siglos existiendo, con esto se van a agravar todavía más, están en África, Sudamérica y en algunas zonas de Asia y, a su juicio, “la mayor pandemia es el hambre”.

Manos Unidas celebra, este viernes, una eucaristía en la parroquia del Carmen de Lucena, a las siete de la tarde. Una hora después, en el mismo templo, se presenta el proyecto. Durante todo el fin de semana, las colectas de las misas de la localidad se dedicarán a este fin.