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Un nuevo puente metálico, de una extensión de 1,2 kilómetros, unirá Montilla y Montalbán, a través de la carretera CO-4207.

Es la solución diseñada entre la Diputación de Córdoba y los propios ayuntamientos para atajar los graves y constantes problemas de inundaciones provocados, siempre que aparecen las precipitaciones, por las crecidas del cauce del arroyo Salado.

Técnicos de la institución provincial han redactado el proyecto acerca de una infraestructura compuesta por perfiles de acero estructural y losa de hormigón armado.

El importe de la licitación ascenderá a 1,4 millones, con un tiempo de ejecución de seis meses.

Salvador Fuentes, presidente de la institución provincial, ha concretado, en Hoy Por Hoy Lucena, que "la obra no puede ir más allá de diciembre de 2026" y añadio que "ahora tocará el tema de las expropiaciones y, una vez resueltas, iniciaremos la adjudicación". En todo caso, "la idea es que sea una realidad en otoño de 2026".


Esta reivindicación se remonta una década atrás y, después de dos años de negociaciones, ha sido obtenida la autorización por parte de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.
El puente se construirá con una cota superior, en 2,5 metros, al nivel existente.

Miguel Ruz, alcalde de Montalbán, señaló que "el sentido común y la necesidad han imperado" y, Rafael Llamas, alcalde de Montilla, aludió a "los modelos de cultivo y a la sedimentación" como factores que multiplican las inundaciones".

La construcción del puente permitirá solventar la escasa distancia que se describe entre la cota del arroyo Salado y el propio marco.