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Las patronales agrarias de Córdoba convocan para la gran manifestación de Lucena, prevista para el próximo 27 de febrero, a los más de 44.000 agricultores y ganaderos de la provincia.

Cuatro años después de otra masiva tractorada, esta concentración de tractores, vehículos y maquinaria agrícola pretende colapsar el cruce entre la A-318 y los dos sentidos de la A-45, en el término municipal de la localidad, en torno a las 11:00 horas.

Asaja, COAG, UPA y Cooperativas Agroalimentarias lideran esta acción de protesta. La caravana comenzará en torno a las 09:00 horas, desde municipios cercanos como Priego de Córdoba o Cabra.

Exactamente, el corte del tráfico se realizará en la A-45, en un solo carril, dirección Málaga.

Ignacio Fernández de Mesa, presidente de Asaja Córdoba, ha hecho referencia a “problemas que tenemos graves, gravísimos, arrastrados” y, lamenta que “no nos escuchan. A continuación, hablaba de “unas políticas agrarias que son, para no dormir, algo que produce un dolor económico a los agricultores y ganaderos” y, asevera, “no se le da solución”. En definitiva, el sector primario so porta “cada día más dificultades para producir, y, más todavía, para disfrutar de la naturaleza, que no podemos vivir de ella, nos obstaculizan la capacidad productiva”.

La intención consiste en realizar paros intermitentes del tráfico, para visibilizar las reivindicaciones y pedir apoyo, con el mínimo perjuicio posible a la ciudadanía.

Exigen un Plan de Choque y medidas reales y reducir la carga burocrática.

Por cierto, Carmen Quintero, de COAG, ha criticado duramente la concesión, esta misma tarde, por parte de la Universidad de Córdoba, de una distinción al ministro de Agricultura, Luis Planas.

Relataba que los agricultores “se sienten desamparados y abandonados por parte del ministro Luis Planas” y, entonces, “que venga el ministro a recoger un reconocimiento, sinceramente, creo que ahora mismo no es necesario que se haga a una persona que, incluso en algunos sitios se le ha puesto non grata por el daño que se le está haciendo a la gente del campo”.

En su opinión, este reconocimiento resulta improcedente en tiempos de “crispación, penuria y enfado”.