Andalucía Centro

Las precipitaciones intensas y persistentes de febrero y marzo han originado en la Cuenca del Guadalquivir una media de 273 litros por metro cuadrado. Estadística que adquiere mayor valor al establecer una comparación con el promedio del último cuarto de siglo, cuantificado en 370 l/m2.

En el entorno de Iznájar, las lluvias de este período han aportado 400 litros por metro cuadrado y el agua embalsada del Pantano ha aumentado desde un 30% a un 45% del total de la capacidad de la presa.

José Carlos Romero, presidente de la Escuela Náutica y miembro de la comisión de desembalse de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, explica que esta nueva realidad ha permitido suspender el decreto de sequía. “Es una gran noticia”, explica, “mientras más lluvia, mejor, porque el agua es el punto de partida de todo”.

En el ciclo vigente, “se ha convocado en tres ocasiones la comisión de desembalse y ya se había aprobado el decreto de sequía e iba a entrar en vigor en el momento que empezase la temporada de desembalse, que suele comenzar entre abril y mato”. Una determinación que finalmente no se implementaría ya que “afortunadamente, con estas lluvias, las perspectivas no son las mismas y habría que cambiar un poco todo el enfoque de la suelta y de las cuotas para los regantes”.

Aproximadamente 450 hectómetros cúbicos –de un global de 980- almacena en estos momentos el pantano de Iznájar. Desde la Escuela Náutica calculan en un 75% de acumulación de agua el nivel adecuado del embalse para atender oportunamente las peticiones y necesidades agrícolas y posibilitar la realización de actividades acuáticas como padel-surf, kayak y rafting.