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La nueva estación de alta velocidad de Antequera, inaugurada el pasado mes de enero, dispone de cuatro vías para trenes de alta velocidad y dos de ancho convencional. En este último caso, corresponden al ramal que conecta con Bobadilla. Es una línea de vía única pero que se bifurca a los pocos metros de llegar a la nueva estación. Este viernes, CGT ha denunciado un “error terrible de cálculo” que supone que haya falta de espacio para que dos trenes de ancho convencional puedan estar estacionados de forma simultánea.


“Podemos catalogarlo como el ‘Antequeragate’ y es otro escándalo como lo de los trenes que no caben por los túneles de Cantabria”, ha dicho Miguel Montenegro, secretario general de CGT Andalucía. “No hay gálibo suficiente para que dos trenes estén a la vez en la estación y quizá por eso aún no están llegando los trenes de Media Distancia. Se han tomado las medidas como si fuesen vías de ancho internacional y no 1,66 que es la que tiene el ancho nacional, el ancho ibérico. Eso supone que no haya espacio entre las dos vías para que dos trenes puedan estar estacionados simultáneamente”, añade.

Cercanías Ronda-Antequera

Desde CGT Andalucía han trasladado al Ayuntamiento de Antequera la reivindicación de un servicio de Cercanías que una Antequera con Ronda aprovechando la infraestrucrtura existente y que conectaría también en Bobadilla con los Cercanías de Málaga. Dicha petición ha sido recogida ya por Izquierda Unida que defiende la importancia de su puesta en funcionamiento.

Otra reclamación pasa por el cambio de nombre de la nueva estación de alta velocidad de forma que sirva para poner en valor algunos recursos como Los Dólmenes, el Torcal o la Peña de los Enamorados, y a su vez evite algunas confusiones de pasajeros que se están bajando en la estación de Antequera-Santa Ana cuando realmente querían hacerlo en la de Antequera AV, como oficialmente se denomina a día de hoy.

Igualmente han reivindicado una vez más la apertura del acceso peatonal subterráneo que pasa por debajo de las antiguas vías de ferrocarril y que, un mes después, sigue cerrado obligando a los usuarios a tener que caminar por la carretera de Córdoba o saltar los andenes y vías de la antigua estación, ya en desuso.