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25 años después de que la empresa Aqualia se hiciera con el suministro del agua de Puente Genil, el Ayuntamiento aprueba un cambio de modelo y que sea la administración pública la responsable del servicio además de la depuración. Pero el fin del contrato con la concesionaria viene envuelto en polémica y puede desencadenar un batalla judicial, ya que la empresa alega que no se le informó en tiempo y formal de que no se iba a prorrogar el contrato.
 
El pleno en Puente Genil ha dado luz verde a extinguir el contrato con la empresa Aqualia para el suministro de agua e iniciarel proceso para que sea la empresa pública de la Diputación Emproacsa la que se encargue tanto del abastecimiento, como de la depuración, en este último caso lo desarrolla ahora la empresa municipal Egemasa. El gobierno local de PSOE y Ciudadanos ha optado por cambiar de modelo y apostar por la gestión pública. Pero el fin del contrato con Aqualia se ha envuelto en polémica. La empresa denuncia que no se le notificó a tiempo la decisión de no prorrogar el contrato. Un hecho que niega el alcalde, Esteban Morales, que asegura que para alargar el contrato es necesario comunicarlo de forma explícita, por tanto, la prórroga tácita que alega la concesionaria no tiene validez.
 
Pero la oposición, PP e IU, carga contra la gestión del gobierno local en este asunto. Considera que ha habido un error, que se ha actuado con improvisación, y esto puede comprometer el cambio de modelo del agua a lo público y además puede costar dinero a las arcas municipales si un juez falla a favor de la empresa concesionaria y obliga a indemnizarla por lucro cesante.