Moriles

Antonio Ruiz apadrina el vino nuevo de Moriles ensalzando su "calidad, cualidades y excelencia"

Domingo, 26 Noviembre 2017 20:21 Redaccion 
La Plaza de la Constitución alberga una celebración promovida por el Ayuntamiento y bodegas y lagares de la localidad
La uva pisada en septiembre se transforma en estas fechas en el vino nuevo de Moriles, “gran tesoro” de esta localidad de la campiña sur “y de la provincia cordobesa”, sentenció Antonio Ruiz, padrino de honor en la apertura de un ciclo cultural, agrícola y gastronómico cuya tradición se remonta 60 siglos atrás.

El presidente de la Diputación y primer edil de Rute, en la Plaza de la Constitución de Moriles, ratificaba su “compromiso personal y profesional” en la defensa de un vino con “calidad, cualidades y excelencias únicas”. En su discurso, destacó “la labor, el esfuerzo y el trabajo encomiables de agricultores, bodegueros y hombres y mujeres que trabajan la uva”, así como de la Denominación de Origen y el Consejo Regulador “que se preocupan y ocupan de velar por la calidad, procedencia y promoción” de este producto “para que siga siendo referente” en la geografía cordobesa. Concluía Ruiz, que estampó su firma en el Libro de Honor del Ayuntamiento de Moriles, sosteniendo que “el vino es embajador de esta tierra”.

Las cooperativas Virgen del Rosario y San Jerónimo y los lagares Antonio Doblas Martos, Casablanca, El Monte y San Pablo compartieron una fiesta en la que se degustó el vino derivado de la uva exprimida por el Club del Pensionista El Majuelo. El maridaje se completó con las migas elaboradas por la Asociación de Mujeres Zapatereñas.

Visitantes de Málaga, Sevilla y Córdoba, así como miembros del programa Club Patrimonio de la Diputación, se trasladaron a una de las jornadas que singularizan y enaltecen a Moriles y en la que se involucra la Asociación de Lagares, Bodegas y Enoturismo de Moriles.

Francisca Carmona, alcaldesa del municipio, afirmó que “ningún otro vino como el fino de Moriles encierra, de mejor manera, la esencia del vino, como un festival de matices y sensaciones y compendio de experiencias y conocimiento, en lo que respecta al cultivo de la planta y a la crianza del juego”, agregando que “esta fiesta es herramienta fundamental para su promoción”. En síntesis, abogó por continuar expandiendo “la cultura del vino, tanto en su dimensión social como en el acto cultural, dentro de un consumo responsable, conociendo la historia y el proceso de elaboración, y también la ceremonia, lenta y pausada, de la ingesta”.