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Una semana después de la supresión de la Cruz de las Descalzas de Aguilar de la Frontera, los reproches políticos y las acusaciones de diferentes partidos a la decisión del Ayuntamiento se intensifican.

Vox, de nuevo en Aguilar de la Frontera, culpa a la Junta de Andalucía de facilitar y proporcionar argumentos normativos al equipo de gobierno de Izquierda Unida para suprimir un símbolo, señalan desde Vox, de “reconciliación entre hermanos”.

Alejandro Hernández, portavoz de Vox en el Parlamento, advierte de que exigirán la dimisión de la consejera de Cultura y Patrimonio Histórico, Patricia del Pozo, si se demuestra su responsabilidad en esta decisión. Hernández apunta a la “complicidad de la Junta con este Ayuntamiento que, gobernando por el odio y resentimiento, en una actuación no desprovista de una dosis elevadísima de mala fe, procedió a retirada de la Cruz, en un acto de cristianofobia y sectarismo”.

Abunda en que “Cultura ha prestado, al menos aparentemente, el paraguas jurídico a la regidora comunista de IU para proceder a esa retirada” y recuerda que “pudimos comprobar en un acto de desprecio, diríamos sin precedentes, la Cruz abandonada en vertedero, ofendiendo los sentimientos”.

En diferentes administraciones, Vox ha solicitado la documentación relativa a este proceso y pide la comparecencia de Carmen Calvo, vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Memoria Democrática, en el Congreso de los Diputados.

Por su parte el PSOE, que gobernaba en Aguilar hasta hace dos años, también reclama el expediente completo del procedimiento e, igualmente, reivindica “transparencia” y conocer las comunicaciones cruzadas entre Ayuntamiento y Junta.

Los socialistas exponen que, en una coyuntura de pandemia, las prioridades del equipo de gobierno habrían de ser las personas y sus necesidades y conceder ayudas a feriantes, hosteleros, comerciantes o autónomos. Le afean a la alcaldesa que haya obviado, apuntan, la voz de la ciudadanía y prescindido de todo consenso político.

Desde el PSOE, abiertamente, se muestran en contra del modo de actuar de Izquierda Unida, en este asunto, desde el principio al final, perjudicando, sostienen, seriamente la imagen pública de Aguilar de la Frontera y se solidarizan con quienes hayan sufrido al ver la Cruz arrojada a un vertedero.

Finalmente, rechaza el PSOE que se haya “retorcido”, indican, la Ley de Memoria Histórica.