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La ermita de San Miguel, en la aldea de El Castellar, de Priego de Córdoba, ha sido objeto de un dañino ataque que ha destruido la cancela principal, que ha terminado desunida de su estructura por completo; y la puerta de acceso, de chapa, literalmente arrancada  de su ubicación.

Los autores, porque se piensa que han sido varios, usaron piedras para perpetrar esta acción de vandalismo y trataron de destruir otra verja. También arremetieron contra otra puerta interior.

La Guardia Civil ya investiga este episodio, acaecido durante la semana pasada y advertido por una vecina el viernes. No consta que, en esta violenta acción, se haya sustraído material alguno de este templo.

Manuel Gil, alcalde pedáneo, ha descrito que “la puerta pesa un montón, ha sido una burrada, seguramente, entre unos pocos, la piedra era bastante grande y la puerta también, para echarla al suelo, ha tenido que ser gente, muy bruta, y por hacer daño”.

Por los indicios y señales, prosigue Gil, “se han subido al tejado, a intentar hacerle daño a una campaña que tenemos aquí, para tocarla en la fiesta, no sabemos si habrán intentado robarla, hacerle daño, el caballete todas las tejas en el suelo, y levantadas, un desastre”.

A este enclave, con un alto valor simbólico y paisajístico, acuden multitud de personas a caminar y practicar senderismo.

La alcaldesa de la localidad, María Luisa Ceballos, ha indicado que el único afán, de los “desalmados”, señala, que perpetraron este hecho, era destrozar “sin beneficio alguno”.