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Rafael Aguilera, artista plástico lucentino, de trascendencia universal, ha fallecido, en Cabra, a los 77 años. En los últimos años, ha padecido una salud progresivamente debilitada.

La cultura y el arte con mayor proyección y reconocimiento de Lucena han perdido a uno de sus principales exponentes.

Ha fallecido Rafael Aguilera Baena, a los 77 años. Sobre todo pintor, junto a Isabel Jurado, han encarnado la representación perfecta de los artistas totales. Los cuadros y las creaciones de Rafael e Isabel han viajado desde Lucena a multitud de países de todo el mundo. La reivindicación de la justicia social y la defensa de los derechos de los más desfavorecidos han supuesto una constante irrenunciable en su producción.

“Es una obligación, porque hay tantas cosas injustas en el mundo y a nuestro alrededor”, y, abogaba por “el servicio social, es fantástico”. Recordaba que “hemos hecho homenajes a las Madres de Mayo y a los enfermos de la colza, casi todos los movimientos sociales que ha habido, hemos hecho una interpretación de diferentes cuadros”.

Estas palabras de Rafael Aguilera, síntesis fiel del corazón y el alma de la creación compartida con Isabel Jurado, se remontan al año 2018, cuando disfrutamos de la satisfacción única que significa visitar la casa de ambos, mientras sus cuadros viajaban por México.

Hace sólo unos meses, colecciones de Rafael e Isabel han embellecido y trastocado consciencias en Japón y, durante años, sus rotundas y soberbias composiciones han visitado Francia, Italia, Lituania, Portugal, Suecia, Holanda, China, Oriente Medio y Estados Unidos.

A finales de la década de los sesenta, del siglo pasado, Rafael, lucentino, e Isabel, madrileña y lucentina por decisión, se conocieron en el ambiente de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando en Madrid. Rafael, en Madrid, trabajó como modelo pionero y acumuló experiencias que cincelaron una personalidad inconfundible, cosmopolita y entrañable.

Relataba Rafael que “yo me prometí a mí mismo, cuando no tenía un duro, cuando no tenía dónde dormir ni qué comer, quetenía que ir un año entero, todos los días, al Museo del Prado, al ir con mucha frecuencia no me cobraba, me dejaban pasar” y citaba a grandes e ilustres maestros como “Goya, El Bosco o Velázquez”.

Miembros de la generación de Los Novísimos, fundaron el Grupo Tango, un colectivo de artistas discapacitados que facilitaban y aproximaban el aprendizaje a usuarios de centros asistenciales como Promi o Amara.

El taller de grabado, que concitó una repercusión y afluencia inestimables, y el aula de artes plásticas resaltan en el legado didáctico de dos profesores que impartieron docencia en varios institutos. Sus alumnos continúan expresando respeto y admiración y los recuerdan con inmensa gratitud y un afecto incalcacuble.

Rafael Aguilera, que continuó manejando con soltura y maestría los pinceles hasta hace diez días, fallecía ayer en Cabra. Descanse en paz y nuestras cercanas condolencias a Isabel, sus hijos y amigos.