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La acusada polémica generada en Iznájar por la elección de una superficie situada en el mismo recinto del colegio Nuestra Señora de la Piedad, para construir el nuevo centro de salud, motiva que el Ayuntamiento reformule, plasmando ahora dos posibilidades, el acuerdo plenario que sustentaba la cesión de estos terrenos a la Junta de Andalucía.

Hace unos días, el Consistorio concertaba con las delegaciones territoriales de Salud y Educación la ejecución de la nueva infraestructura sanitaria en el actual patio del centro educativo, sobre una superficie de más de 4.000 metros cuadrados.

La administración local, aparte de ceder la parcela, se comprometía a realizar un equipamiento cubierto de 600 metros cuadrados, que el colegio, enclavado en el sector alto del municipio, utilizaría como gimnasio, dotación demandada desde hace décadas, en el sótano resultante al erigir el centro de salud, y también acometería trabajos de accesibilidad y habilitaría un aparcamiento.

Multitud de comentarios vertidos en redes sociales se oponen a la elección de esta ubicación por emplazarse junto al CEIP Nuestra Señora de la Piedra. Desde el gobierno local socialista, responsabilizan al PP de espolear esta fuerte controversia.

El grupo municipal del PP, como lugar idóneo del centro de salud, propone un solar privado, localizado en la parte baja de Iznájar. Esta opción requeriría de trámites de recalificación, urbanización y expropiación y, por tanto, se prevé más prolongada en el tiempo.

Ante esta tesitura, el equipo de gobierno ha decidido ofrecer a la consejería de Salud ambos terrenos para que la Junta, competente en la materia, decida finalmente dónde construye el nuevo centro de salud.

Lope Ruiz, alcalde de Iznájar, señala que la primera alternativa “no tiene ningún problema, no habría comunicación; el acceso al centro de salud sería independiente, del colegio y, además resolvería una demanda, que llevan mucho tiempo pidiendo, como es la construcción de espacio cubierto”.

Sostiene que “se ha generado mucho revuelvo, el PP ha movido, está en su derecho, por redes sociales su disconformidad, con instalación la de ese proyecto” y “se ha generado en la vecindad esa disparidad de criterios”.

Aclara que, como alcalde, no alberga “ninguna predilección por una zona o por la otra, no hay interés económico, político no partidista, ni obcecación ni es un capricho”.

El alcalde aboga por mitigar la tensión y la polarización entre los vecinos.

En cualquier caso, afirma que continuará exigiendo a la Junta que afronte, en el actual centro de salud, situado en una propiedad de la Iglesia, las irrenunciables labores de mantenimiento, paralizadas, denuncia, desde hace dos años, y que provocan filtraciones de agua y presencia de cucarachas.