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Los últimos avances en el proyecto del trasvase de Iznájar y la ejecución de una embotelladora de agua en la comarca de Antequera ya han provocado la primera reacción institucional en la localidad de la Subbética. Su alcalde, Lope Ruiz, ha manifestado que la autorización, simultáneamente, de ambas construcción constituyen un agravio al municipio y su entorno.

Preocupación y sorpresa son los términos empleados por el alcalde de Iznájar, Lope Ruiz, al contemplar cómo, paralelamente,, la Junta remite al Gobierno los informes definitivos para la ejecución del trasvase y autoriza, junto al Ayuntamiento de Antequera, la implantación de una planta embotelladora de agua en el término municipal de esta localidad malagueña.

Ruiz ya ha dirigido una carta a la consejera de Agricultura, Carmen Crespo, solicitando una reunión y exigiendo explicaciones por el "grave perjuicio", ha dicho, que se inflige a Iznájar. Rechaza, insistentemente el regidor, que se canalice agua del embalse mientras, en la zona receptora,  su extracción, el embotellamiento y la venta generan beneficios económicos.

En su comparecencia, afirmaba que “a mí no me parece coherente que la Junta de Andalucía, de PP, Ciudadanos y Vox, autorice la construcción de esa planta y, al mismo tiempo, esté impulsando el trasvase del embalse de Iznájar para llevar agua a esa comarca”.

Abundaba en sus consideraciones, señalando que “digo que me parece incoherente, porque se trata de favorecer a una comarca, como la comarca de Antequera, en detrimento de otra comarca, como es en la Subbética, como puede ser el pueblo de Iznájar, me parece un gravísimo atentado a nuestros intereses económicos”.

 Lope Ruiz ha matizado que Iznájar nunca negará la aportación agua para el consumo humano, con el límite de 5 hectómetros cúbicos por año, aprobado en el Plan Hidrológico Nacional de 2001. También ha recordado que su Ayuntamiento pertenecería a la Mesa del Trasvase, como se reflejó en la Proposición No de Ley validada en 2016 en el Parlamento Andaluz.