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Cuarta campaña de excavación en fosas comunes y de localización de represaliados en el cementerio municipal ‘San José’ de Cabra. En las tres intervenciones anteriores, han sido hallados 25 cuerpos, realizándose posteriormente los análisis genéticos correspondientes.

Los trabajos afrontados en esta semana se focalizan en la octava fosa común detectada en el camposanto. Desde 2021, el Ayuntamiento de Cabra, con fondos propios, asume los costes de estos proyectos, coordinados por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Aguilar de la Frontera, Aremehisa.

La actuación ha sido adjudicada a la empresa Garum Patrimonio, por un importe de 20.000 euros. En este ejercicio, el Consistorio ha percibido una subvención de la Federación Española de Municipios y Provincias.

Las etapas transcurren por las actuaciones de excavación, individualización, documentación y exhumación de los depósitos osteológicos; estudios antropológicos y extracción de muestras.
Rafael Espino, presidente de Aremehisa, destacaba que “se ha hecho en otros sitios, a través de financiaciones de diputaciones o de administraciones cercanas a la autonomía”. No obstante, “que yo sepa”, Cabra, “es el único Ayuntamiento de España que ha financiado un estudio de identificación genética para poder intentar”, en último término, “llevar a los cuerpos, su ADN, de los cuerpos exhumados, en la campaña anterior y esta”, y, así, “intentar una identificación genética positiva para poder entregar los cuerpos a las familiares”.

En última instancia, los restos óseos se facilitarían a posibles familiares para su cotejo genético y la articulación de medidas oportunas para la preservación de los restos y materiales y objetos personales.

Otros puntos del término municipal de Cabra donde constan la presencia de fosas son el Cortijo del Salinero, Los Navasos, Santa Rita en el Mojón Alto y el kilómetro 6 de la carretera de Cabra a Monturque.

El alcalde, Fernando Priego, manifestaba que “estos trabajos se justifican en una cuestión de mera humanidad, alejados de confrontaciones y discursos políticos, entendiendo”, señalaba, “el dolor de las familias y el derecho de toda persona a tener una sepultura digna”. Priego incidía en “la convicción moral, ética y humanitaria que sirve de marco a este proyecto”.

En este sentido, el primer edil enfatizó que “los horrores que se cometieron están claros, son condenados y condenables por todos, por lo que a esta sociedad que un día decidió reconciliarse y, con esta premisa “mirar al futuro sólo le queda recordar a las víctimas, tratarlas con dignidad y enseñar a las nuevas generaciones lo que nunca jamás debe volver a suceder”, finalizó.