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El Área Sanitaria Norte de Málaga ha ampliado su apuesta por la detección precoz del Cáncer de Cérvix, o Cáncer de cuello de útero, con la realización en consulta de la prueba de VPH. Hasta el momento el hospital practicaba de forma oportuna una citología en consulta. La causa principal del cáncer de cuello de útero es el Virus del Papiloma Humano (VPH).

El VPH es la infección de transmisión sexual más frecuente y el 80% de las mujeres sexualmente activas se infecta por algún tipo de este virus a lo largo de su vida. No hay un tratamiento para el VPH, aunque en la mayoría de los casos evoluciona espontáneamente a la curación. Este proceso de eliminación natural del VPH puede durar varios años, y durante el mismo la mayoría de mujeres presentan una infección transitoria. Hay que destacar que esta posibilidad de remisión no elimina los riesgos de contagio (por lo que es necesario mantener las medidas oportunas para evitarlo) ni se produce en el 100% de los casos, existiendo siempre el riesgo de desarrollar cáncer de cérvix.

En general, estas infecciones pasan desapercibidas. Sin embargo, en un pequeño porcentaje de casos (en torno al 10-15%) en que la infección se mantiene en el tiempo (más de 10 años), se pueden producir cambios en las células del cuello uterino que derivan en el desarrollo de lesiones premalignas que con el tiempo pueden evolucionar a un cáncer. Actualmente, la Unidad de Anatomía Patológica del Hospital de Antequera, analiza las muestras priorizando la prueba de VPH que, siendo ésta positiva, se contrasta con la citología para certificar el riesgo de cáncer. La comprobación por estas dos vías permite que en caso negativo la validez de estas pruebas se extienda hasta 5 años cuando antes, solo con la citología, llegaba como mucho a 3 años.

La prueba de VPH se basa en una técnica molecular de detección de ADN del virus, por tanto, una prueba más sensible y específica con resultados altamente fiables para detectar y poder prevenir el Cáncer de Cérvix.

Esta prueba, realizada a mujeres a partir de los 30 hasta los 65 años, se considera opción preferente de cribado primario para la prevención de este tipo de cáncer.