Andalucía Centro

La Diputación de Málaga contará este nuevo mandato con una nueva delegación específica para luchar contra la despoblación en la zona interior de la provincia. Frenar la pérdida de habitantes en las localidades más pequeñas será una de las prioridades del nuevo gobierno de PP y Ciudadanos en esta institución. Más, cuando se prevé que la provincia gane más de 100.000 habitantes en la próxima década, pero principalmente en el litoral.

El presidente de la Diputación, Francisco Salado, ha anunciado medidas específicas como la creación de un cheque-guardería que se sumará al cheque-bebé, el Plan Via-ble que supondrá 50 millones de euros de inversión para mejorar caminos y carreteras en los pueblos de interior, o acabar con la brecha digital.

“Un pueblo sin cobertura, un pueblo sin conexión de alta velocidad a internet, es un pueblo aislado. De nada sirve que hagamos nuevas carreteras, que estimulemos la natalidad, si luego en los pueblos la conexión telefónica y a internet es deficiente. Como pueden ver, la despoblación es uno de los grandes desafíos de este mandato, y le otorgamos una gran importancia”, señaló durante su intervención.

Francisco Salado fue investido este miércoles como presidente de la Diputación de Málaga gracias al acuerdo alcanzado entre Partido Popular y Ciudadanos. En el pleno de investidura también tomaron posesión de sus cargos como diputados provinciales los concejales antequeranos, Juan Álvarez, del PP, y Manuel Chicón, del PSOE.